Tras los malos comentarios oídos y leídos sobre Ryanair todo pintaba a que el viaje no iba a ir muy bien desde el principio, sin embargo, no fue así. Todo fue muy bien, pasé todos los controles a la perfección, no hubo ningún problema con el peso de las maletas, que era lo que más miedo me daba.
Llegó el momento de la espera, no había subido antes en avión y no tenía ni idea de cómo iba aquello, pero el hecho de ir acompañado, a pesar de que él tampoco había viajado en avión, siempre ayuda. A pesar de ir con algo a lo que la compañía de vuelo llama "embarque prioritario", terminamos subiendo al avión casi los últimos si nos descuidamos, ya que esa prioridad no es para subir al avión, sino para no hacer cola cuando comprueban tu tarjeta de embarque, luego todo es buscarse la vida y sentarse donde uno pueda, ya que viene un autobús a recogerte para llevarte al avión y puedes bajar tanto el primero para llegar antes al avión, como el último. En resumen, una verdadera chorrada, menos mal que apenas eran 4 euros.
Ya en el avión, nervios aumentando cada vez más y más, todo debido a no haber montado en avión antes, claro. En el momento del despegue (muy puntual, por cierto, ya que apenas se retrasó 3 minutos, salimos a las 6:53) todo fue de maravilla, más suave de lo que me esperaba. Fue alucinante, sobre todo las vistas, aunque gran parte del viaje sólo se vio mar, y del resto pasé otra gran parte durmiendo o intentándolo. Pero lo mejor, sin duda, el final del vuelo. Ver poco a poco cómo vas llegando, un paisaje alucinante, todo verde, lagos y lagunas o lo que sea, precioso (uso poco esta palabra, pero la ocasión lo merece).
El avión aterriza, da la sensación de que la bajada es muy rápida, crees que vas a estrellarte contra el suelo pero todo es muy suave. Se recoge el equipaje de mano y fuera. El mero hecho de bajar del avión ya impone, el llegar a un país totalmente nuevo para mí, del cual no sé apenas nada, y sobre todo, siempre presente, la incerteza. Creíamos que sería más difícil, pero las maletas salieron al instante y pudimos ir a la puerta del aeropuerto para buscar el autobús, el cual estaba en la puerta y cogimos sin problema. El paisaje en el trayecto, maravilloso de nuevo.
LLEGADA A OSLO
Aquí viene el lío. Bajamos del autobús y ahí empieza la aventura, hay que ir a un cierto lugar para recoger las llaves del sitio en el que vas a dormir durante 4 meses, sabes que tienes hora límite para recogerlas y que si no llegas antes de esa hora duermes en calle (o eso teníamos entendido, pero por suerte no lo pudimos comprobar).
No nos valen los mapas, no nos vale el GPS del móvil, no sabemos ni dónde estamos. Tras una hora dando vueltas por la misma zona, recorriendo rampas y rampas con las maletas cargadas (nada llevadero, unos cuantos kilillos que arrastrar a lo largo de todo el día), nos lanzamos a preguntar a una mujer por la Universidad, ya que el sitio que buscábamos estaba cerca, pero no hubo manera de entendernos, mayormente por culpa nuestra.
Ya veíamos que en nuestra vida íbamos a llegar allí, pero tras más y más tiempo deambulando por aquella zona, y mirando el GPS *inserte aquí un número muy grande* veces conseguimos localizar una calle que nos hace de llave para nuestra nueva andanza.
Siguiendo calles a ciegas, entre otras cosas porque no estaban bien los nombres en el GPS, al menos pudimos comprobar que la ruta que seguíamos era la correcta. Finalmente conseguimos nuestro objetivo y llegamos al lugar en el que había que recoger las llaves. Contado así parece que haya sido instantáneo el viaje desde la estación a este sitio, pero para nada, ya que se nos fue una hora o así.
Con las llaves en nuestro poder, no había prisa por llegar, ya que no teníamos hora límite para nada, pero no paraba de llover y las ganas de llegar a tu destino y quitarte todo de encima siempre pueden, así que proseguimos la marcha. Fue parecido al anterior trayecto, o incluso peor, ya que por un momento daba la sensación de estar en Chinchilla con tanta cuesta, y eso con 3 maletas no hace mucha gracia que digamos. Al final, callejeando y evitando rutas extrañas que se inventaba el móvil y que te hacían recorrer más del doble de lo necesario, llegamos a nuestro apartamento.
Al abrir la puerta, la primera impresión fue buena. Se veía una cocina bastante pequeña y una puerta que daba a un baño, además de dos puertas, una para cada dormitorio. Demasiado bueno parecía todo, ya que para nuestra sorpresa: hay cable de tv pero no televisión, el internet va por cable (por lo que hemos tenido que mover los muebles de la habitación para poder poner el ordenador en un sitio decente, ya que tal y como estaba todo el router estaba prácticamente debajo de la cama), todo está bastante sucio, apenas hay perchas en los armarios y, lo mejor, es que no hay ni cubiertos, ni vasos, ni platos, ni sartenes, ni nada de nada. Mañana tocará echar el viaje para comprar algo de lo que nos falta, ya que hoy es para descansar, después de andar tanto, con tanto peso, y dormir tan tan poco.
Resulta muy extraño todo esto, mirar por la ventana y ver un paisaje nada familiar, totalmente nuevo. Estoy en un lugar en el que no sé guiarme, no conozco nada, no hablo su idioma (pero por suerte de momento con todo aquel con el que hemos hablado maneja el inglés a la perfección, aunque nosotros no). Hace apenas unas horas estaba a miles de kilómetros, y ahora aquí estoy, condenado a manejarme en un sitio totalmente nuevo para mí y sin mi gente (no están presencialmente, pero de cualquier forma siempre están todos ahí).
Por último, algo gracioso que ha dejado el día de hoy: la curiosa forma de la mesa de la cocina que, junto con la ayuda de los taburetes, crean la siguiente imagen.
¡¡BIEEEEN!!
ResponderEliminarAl final no has podido resistirte al nombre. Desde que estás en Noruega eres un hombre serio. Luego te reíras cuando pases por las calles por las que te perdías. Yo los primeros días me sentía como cuando mis padres me dejaban en el colegio el primer día lleno de niños desconocidos.
¡Aprovecha el momento! ¡Cuidate! ¡No te juntes con españoles! ¡No dejes el blog! ¡Administra bien tus coronas!
O no le has dado publicidad al blog o son todos unos sucios por no firmarte. ¡Y por no firmarme a mí en 2 años!
ResponderEliminarYo te leo asiduamente! Y se ve así una actualización. XDD
ResponderEliminarComo ya te he dicho varias veces, ya verás como acabas pasándolo de puta madre! :)
Aiba, y yo que no sabía que seguía teniendo blog? Mira que si me da por mantenerlo ahora y todo!? XD
ResponderEliminarsois todos unos envidiosos... a que me hago yo ahora un blog también y cuento día a día como se vive siendo una bióloga en paro... (que no hay ni un biólogo en paro claro!!) XDDDDDDDDDDD
ResponderEliminarAmbonicooooooo :************