Bueno, pues hoy hemos dedicado el día casi íntegramente a descansar. Esta tarde fuimos a comparar precios entre los supermercados que tenemos cercanos, como si fuéramos unas marujas con las ofertas del 3x2 de Carrefour. El resultado es que los precios están más o menos igual en los 3 que hay, pero ya tenemos más o menos decidido cómo lo haremos, os digo el plan por si alguna vez venís y os interesa: el Meny ni pisarlo, la carne en el Ica, y el resto en el Kiwi. El Meny es que no nos ha gustado demasiado, y los precios del Kiwi están muy bien, pero en el Ica tienen más variedad de carne, así que ha resultado ese plan.
Y mañana ya a clase, qué nervios...
En fin, a lo que iba. La noche del sábado me dediqué a buscar grupos noruegos en last.fm, al margen de los Kaizers Orchestra y de los conocidos grupos de black metal, por buscar algo más variado. Encontré varios grupos curiosos e interesantes, así que aquí van, cada uno con información sacada de last.fm.
MADRUGADA
Madrugada es una banda de rock noruego formada en la ciudad de Stokmarknes en 1995. Los miembros de la banda son: Frode Jacobsen (bajo) y Sivert Høyem (voz). Burås Robert (guitarra) también formo parte de la banda, hasta que murió el 12 de Julio de 2007. A pesar de esta trágica pérdida se continuó con el lanzamiento del nuevo álbum, ya que Burås había finalizado la grabación de la parte de las guitarras antes de morir.
También hay canciones en solitario del vocalista.
KVELERTAK
Kvertalak es un joven sexteto procedente de Noruega. Su música es altamente adictiva pero difícilmente etiquetable. Presenta importantes trazos de metal escandinavo, mayoritariamente black pero tambien cercanos al death’n’roll de Entombed, elementos combinados con el rock de Turbonegro y aportes más clásicos que podrían recordar a los irlandeses Thin Lizzy.
APOPTYGMA BERZERK
Apoptygma Berzerk se creó en Noruega el 1989 por Stefan Groth junto a Jon Erik Martisen, cuya música estaba clasificada dentro del género de la EBM, y claramente influenciada por Front 242 y Nitzer EBB.
THOMAS DYBDAHL
De origen noruego, Thomas Dybdahl es multiinstrumentista, productor y además ha sido capaz de componer algunos de los mejores discos de folk/jazz de los últimos años. Éste trabajador incansable, que tiene en tan sólo cinco años cuatro álbumes, dos ep’s y un DVD en directo en su haber, ha escrito también canciones para otros artistas, como Maria Mena, y es también el principal vocalista de la banda The National Bank.
DATAROCK
Datarock es una banda Noruega de New Rave. Han publicado tres EPs y su álbum debut Datarock Datarock fue lanzado en el 2005 en 10 países a través de su propio sello YAP (Youn Aspiring Professionals) recibiendo reseñas favorables, especialmente en el Reino Unido.
SKAMBANKT
Skambankt es una banda rock/punk de Noruega. Fue formada en 1994, pero no fue hasta 2004 cuando lanzaron su primero disco: Skambankt.
ANIMAL ALPHA
Animal Alpha se forma en 2002 en Noruega. Lanzan su primer ep que alcanza a ser disco de oro en su país, que tenía un sonido rock con influencias del metal moderno y el punk. En el 2005 lanzan su primer disco “Pheromones” y con él, la banda comienza a tener éxito y reconocimiento en Europa.
ZEROMANCER
Zeromancer es un grupo de industrial rock cuyos miembros son de Noruega y EE.UU. El núcleo del grupo procede de la influente banda noruega Seigmen. Cuando Seigmen se dividió en 1999, Alex Møklebust (vocalista), Erik Ljunggren (programación), Kim Ljung (bajo) y Noralf Ronthi (batería) unieron fuerzas con Chris Schleyer (ex-Kidneythieves, guitarra), formando Zeromancer.
SPAN
De esta banda no hay información disponible, pero la colocan en el hard rock.
GLUECIFER
Gluecifer es una banda de rock and roll de Oslo, formada en 1994. La formación original tenia en sus filas al vocalista Biff Malibu, el guitarrista Captain Poon, el bajista Jon Average y el batería Glueros Bagfire. Años más tarde se unirían a la banda Raldo Useless (guitarra, ex Turbonegro), Danny Young (batería) y Stu Manx (ex yum yums). La banda se separó en 2005.
martes, 31 de agosto de 2010
lunes, 30 de agosto de 2010
Explorando
Hoy nos levantamos pronto, a eso de las 10 de la mañana, para ir a la Universidad. No habíamos ido nunca y teníamos que saber dónde estaba para no andar perdidos estos días y aprendernos un camino lo más directo posible, y además para que nos firmaran unos papeles. Pues allá que fuimos. El camino se hizo corto, a pesar de ser considerablemente largo, pues eran algo más de 4 km. Vimos otra parte de la ciudad que no habíamos visto nunca, y poco a poco vamos conociendo más, algo que está muy bien.
Al llegar nos costó empezar a guiarnos por aquello. De primeras, fuimos a un edificio al que no teníamos que ir, a una oficina en la que no tenían que hacernos nada, pero nos dijeron que teníamos que ir a nuestra facultad, y eso nos sirvió de mucho. Ya en nuestra facultad, explorando aquello por nuestra cuenta y viendo que no encontrábamos nada útil, pensamos en preguntar en información, pero no nos atrevíamos. Al final se atrevió mi compañero, viendo mi indecisión. El chaval que nos atendió pareció no tener ni idea del programa de estudio que llevábamos, pero al final consiguió algo de información que nos fue útil. Encontramos la sala donde vamos a dar clase, pero no al responsable de nuestro curso (EPS, European Project Semester), aunque esto era suficiente, puesto que ya sabiendo dónde teníamos que ir el miércoles nos dábamos por contentos, y además veríamos al responsable ese día. A continuación, una foto de la facultad.
Volvimos al piso para comer, ya que estábamos muertos de hambre, pero antes paramos en un supermercado a comprar algo de comida para reponer y tener reservas. Hay cosas bastante baratas, para mi sorpresa, todo lo contrario de lo que suele decir la gente, pero supongo que esto será porque se habla de que Noruega es caro desde el punto de vista del turista, ya que comer en restaurantes te puede salir muy caro, pero comprar comida en supermercados puede salir bastante bien si tienes cuidado. Volviendo al asunto en cuestión, llegamos al piso para comer, y nos íbamos a hacer unos filetes de carne que teníamos ya abiertos del otro día, y volvió a pasar algo que no conté. Parece ser que la alarma de incendios es bastante sensible, y haciendo los filetes, con el extractor encendido, vete tú a saber qué narices detectaría eso, empezó a pitar y no paraba. Esta vez nos lo tomamos con más calma, pero el primer día fue muy agobiante, ya que creíamos que se iba a liar una buena, que iban a venir los bomberos y todo, pero no vinieron ni evacuaron el edificio ni nada. El día que se queme esto de verdad, ardemos todos.
YA POR LA TARDE
Por la tarde decidimos ir a dar un paseo por unos parques que no nos dio tiempo a ver ayer, debido al mal tiempo, ya que llovía bastante. En principio fuimos a uno más bien pequeño, el típico parque al que van los padres de paseo con los hijos pequeños los domingos, pero después fuimos a otro bastante espectacular.
El parque en cuestión era un jardín botánico, al parecer con plantas de todos los continentes, y todo muy bien cuidado. Está repleto de caminos de tierras y cuestas, y hacen de aquello un bosque entre la ciudad. También hay varias construcciones que dan la sensación de parecer mansiones, pero a saber lo que eran, no lo descubrimos.
Cambiando de parque, fuimos a lo que, al menos según los mapas que hemos visto, era la continuación del anterior. Esto ya cambia bastante, es una especie de zona verde en la parte baja de una montaña. Hay césped y varios caminos asfaltados para recorrer andando y en bici. Lo bueno es que, al estar en alto, se tienen unas vistas espectaculares desde ahí, además de que hay una zona que está muy bien, con cuatro bancos donde sentarse y vistas a la ciudad.
A continuación, dejo fotos de todo esto, además de un gato que pasaba por allí, que ya que se ven pocos, pues quise dar cuenta de ello. La actualización con música la dejo para mañana.
Al llegar nos costó empezar a guiarnos por aquello. De primeras, fuimos a un edificio al que no teníamos que ir, a una oficina en la que no tenían que hacernos nada, pero nos dijeron que teníamos que ir a nuestra facultad, y eso nos sirvió de mucho. Ya en nuestra facultad, explorando aquello por nuestra cuenta y viendo que no encontrábamos nada útil, pensamos en preguntar en información, pero no nos atrevíamos. Al final se atrevió mi compañero, viendo mi indecisión. El chaval que nos atendió pareció no tener ni idea del programa de estudio que llevábamos, pero al final consiguió algo de información que nos fue útil. Encontramos la sala donde vamos a dar clase, pero no al responsable de nuestro curso (EPS, European Project Semester), aunque esto era suficiente, puesto que ya sabiendo dónde teníamos que ir el miércoles nos dábamos por contentos, y además veríamos al responsable ese día. A continuación, una foto de la facultad.
Volvimos al piso para comer, ya que estábamos muertos de hambre, pero antes paramos en un supermercado a comprar algo de comida para reponer y tener reservas. Hay cosas bastante baratas, para mi sorpresa, todo lo contrario de lo que suele decir la gente, pero supongo que esto será porque se habla de que Noruega es caro desde el punto de vista del turista, ya que comer en restaurantes te puede salir muy caro, pero comprar comida en supermercados puede salir bastante bien si tienes cuidado. Volviendo al asunto en cuestión, llegamos al piso para comer, y nos íbamos a hacer unos filetes de carne que teníamos ya abiertos del otro día, y volvió a pasar algo que no conté. Parece ser que la alarma de incendios es bastante sensible, y haciendo los filetes, con el extractor encendido, vete tú a saber qué narices detectaría eso, empezó a pitar y no paraba. Esta vez nos lo tomamos con más calma, pero el primer día fue muy agobiante, ya que creíamos que se iba a liar una buena, que iban a venir los bomberos y todo, pero no vinieron ni evacuaron el edificio ni nada. El día que se queme esto de verdad, ardemos todos.
YA POR LA TARDE
Por la tarde decidimos ir a dar un paseo por unos parques que no nos dio tiempo a ver ayer, debido al mal tiempo, ya que llovía bastante. En principio fuimos a uno más bien pequeño, el típico parque al que van los padres de paseo con los hijos pequeños los domingos, pero después fuimos a otro bastante espectacular.
El parque en cuestión era un jardín botánico, al parecer con plantas de todos los continentes, y todo muy bien cuidado. Está repleto de caminos de tierras y cuestas, y hacen de aquello un bosque entre la ciudad. También hay varias construcciones que dan la sensación de parecer mansiones, pero a saber lo que eran, no lo descubrimos.
Cambiando de parque, fuimos a lo que, al menos según los mapas que hemos visto, era la continuación del anterior. Esto ya cambia bastante, es una especie de zona verde en la parte baja de una montaña. Hay césped y varios caminos asfaltados para recorrer andando y en bici. Lo bueno es que, al estar en alto, se tienen unas vistas espectaculares desde ahí, además de que hay una zona que está muy bien, con cuatro bancos donde sentarse y vistas a la ciudad.
A continuación, dejo fotos de todo esto, además de un gato que pasaba por allí, que ya que se ven pocos, pues quise dar cuenta de ello. La actualización con música la dejo para mañana.
domingo, 29 de agosto de 2010
Adaptación
Bueno, ya vamos adaptándonos poco a poco esto. Como ya os dije en la anterior entrada, no teníamos cubiertos ni vasos ni sartenes ni nada, pero ya los hemos conseguido. Resulta que hay una tienda aquí al lado que puede describirse como una especie de Ikea pequeño, venden muebles, ropa de cama y demás cosas para la casa, y aquí pudimos encontrar platos y cubiertos. La sartén la conseguimos en un supermercado al que vamos normalmente a comprar comida, pero la cacerola y los vasos, que era lo que nos faltaba, costaron más.
Decidimos ir en busca de unos supermercados que habíamos localizado a través de Google Maps, parecían estar cerca de aquí, así que fuimos. Andando y andando, no vimos ninguno de estos, y con la tontería acabamos en la estación de autobuses (el punto de partida al llegar a Oslo), ya que allí había varios centros comerciales. Tras pateárnoslos de arriba a abajo, no encontramos nada de lo que buscábamos, estaba todo lleno de tiendas de ropa; pero ya cuando volvíamos a casa, vimos un centro comercial más pequeño y "escondido", en tanto que parecía un supermercado, pero el supermercado estaba en el interior y había un montón de tiendas. Finalmente encontramos una tienda en la que tenían lo que buscábamos, así que salimos de allí bastante contentos. La vuelta fue, por supuesto, más llevadera que cuando tuvimos que ir a la residencia al llegar, ya que sabíamos el camino y no íbamos cargados de maletas.
La ciudad está llena de unas tiendas llamadas Kiwi, que podría ser el equivalente noruego a los Mercadona. Están por todas partes, hasta el punto de cruzar uno y apenas en 200 o 300 metros, otro. También hay varios Meny, otra cadena de supermercados que parece ser popular aquí. Nosotros preferimos comprar en Ica, que pilla aquí al lado y está bien de variedad y precio, pero siempre quedan alternativas.
Además de todo esto, también tuvimos tiempo de dar una vuelta por los alrededores, y descubrir un parque aquí al lado, que se hunde tanto que parece un valle. Cerca de aquí también hay una urbanización con casas pequeñas, diminutas, y unos jardines bien cuidados. Ayer por la tarde íbamos a salir a dar una vuelta por estos sitios y hacer fotos, pero el mal tiempo nos lo impidió.
Esta tarde ha sido la buena, a pesar de estar lloviendo nos hemos decidido a salir. Hemos ido al parque que he mencionado antes y también a la urbanización, pero está vallada y las fotos muestran más bien poco. Hemos descubierto otra urbanización aquí al lado, pero estas casas ya eran más grandes. Eran las típicas casas americanas enormes, con jardines también enormes, que son rodeadas por vallas blancas de madera y tienen árboles grandísimos, me han encantado.
Y ya poco más, habríamos ido a otro parque de no ser por la lluvia, ya que ha empezado a llover todavía más fuerte y no había forma de ir allí, hemos acabado empapados hasta con los paraguas. Mañana seguramente actualice con grupos de música noruegos, que anoche estuve escuchando bastantes.
Aquí os dejo algunas fotos:
Decidimos ir en busca de unos supermercados que habíamos localizado a través de Google Maps, parecían estar cerca de aquí, así que fuimos. Andando y andando, no vimos ninguno de estos, y con la tontería acabamos en la estación de autobuses (el punto de partida al llegar a Oslo), ya que allí había varios centros comerciales. Tras pateárnoslos de arriba a abajo, no encontramos nada de lo que buscábamos, estaba todo lleno de tiendas de ropa; pero ya cuando volvíamos a casa, vimos un centro comercial más pequeño y "escondido", en tanto que parecía un supermercado, pero el supermercado estaba en el interior y había un montón de tiendas. Finalmente encontramos una tienda en la que tenían lo que buscábamos, así que salimos de allí bastante contentos. La vuelta fue, por supuesto, más llevadera que cuando tuvimos que ir a la residencia al llegar, ya que sabíamos el camino y no íbamos cargados de maletas.
La ciudad está llena de unas tiendas llamadas Kiwi, que podría ser el equivalente noruego a los Mercadona. Están por todas partes, hasta el punto de cruzar uno y apenas en 200 o 300 metros, otro. También hay varios Meny, otra cadena de supermercados que parece ser popular aquí. Nosotros preferimos comprar en Ica, que pilla aquí al lado y está bien de variedad y precio, pero siempre quedan alternativas.
Además de todo esto, también tuvimos tiempo de dar una vuelta por los alrededores, y descubrir un parque aquí al lado, que se hunde tanto que parece un valle. Cerca de aquí también hay una urbanización con casas pequeñas, diminutas, y unos jardines bien cuidados. Ayer por la tarde íbamos a salir a dar una vuelta por estos sitios y hacer fotos, pero el mal tiempo nos lo impidió.
Esta tarde ha sido la buena, a pesar de estar lloviendo nos hemos decidido a salir. Hemos ido al parque que he mencionado antes y también a la urbanización, pero está vallada y las fotos muestran más bien poco. Hemos descubierto otra urbanización aquí al lado, pero estas casas ya eran más grandes. Eran las típicas casas americanas enormes, con jardines también enormes, que son rodeadas por vallas blancas de madera y tienen árboles grandísimos, me han encantado.
Y ya poco más, habríamos ido a otro parque de no ser por la lluvia, ya que ha empezado a llover todavía más fuerte y no había forma de ir allí, hemos acabado empapados hasta con los paraguas. Mañana seguramente actualice con grupos de música noruegos, que anoche estuve escuchando bastantes.
Aquí os dejo algunas fotos:
jueves, 26 de agosto de 2010
Primer día: llegada
Tras los malos comentarios oídos y leídos sobre Ryanair todo pintaba a que el viaje no iba a ir muy bien desde el principio, sin embargo, no fue así. Todo fue muy bien, pasé todos los controles a la perfección, no hubo ningún problema con el peso de las maletas, que era lo que más miedo me daba.
Llegó el momento de la espera, no había subido antes en avión y no tenía ni idea de cómo iba aquello, pero el hecho de ir acompañado, a pesar de que él tampoco había viajado en avión, siempre ayuda. A pesar de ir con algo a lo que la compañía de vuelo llama "embarque prioritario", terminamos subiendo al avión casi los últimos si nos descuidamos, ya que esa prioridad no es para subir al avión, sino para no hacer cola cuando comprueban tu tarjeta de embarque, luego todo es buscarse la vida y sentarse donde uno pueda, ya que viene un autobús a recogerte para llevarte al avión y puedes bajar tanto el primero para llegar antes al avión, como el último. En resumen, una verdadera chorrada, menos mal que apenas eran 4 euros.
Ya en el avión, nervios aumentando cada vez más y más, todo debido a no haber montado en avión antes, claro. En el momento del despegue (muy puntual, por cierto, ya que apenas se retrasó 3 minutos, salimos a las 6:53) todo fue de maravilla, más suave de lo que me esperaba. Fue alucinante, sobre todo las vistas, aunque gran parte del viaje sólo se vio mar, y del resto pasé otra gran parte durmiendo o intentándolo. Pero lo mejor, sin duda, el final del vuelo. Ver poco a poco cómo vas llegando, un paisaje alucinante, todo verde, lagos y lagunas o lo que sea, precioso (uso poco esta palabra, pero la ocasión lo merece).
El avión aterriza, da la sensación de que la bajada es muy rápida, crees que vas a estrellarte contra el suelo pero todo es muy suave. Se recoge el equipaje de mano y fuera. El mero hecho de bajar del avión ya impone, el llegar a un país totalmente nuevo para mí, del cual no sé apenas nada, y sobre todo, siempre presente, la incerteza. Creíamos que sería más difícil, pero las maletas salieron al instante y pudimos ir a la puerta del aeropuerto para buscar el autobús, el cual estaba en la puerta y cogimos sin problema. El paisaje en el trayecto, maravilloso de nuevo.
LLEGADA A OSLO
Aquí viene el lío. Bajamos del autobús y ahí empieza la aventura, hay que ir a un cierto lugar para recoger las llaves del sitio en el que vas a dormir durante 4 meses, sabes que tienes hora límite para recogerlas y que si no llegas antes de esa hora duermes en calle (o eso teníamos entendido, pero por suerte no lo pudimos comprobar).
No nos valen los mapas, no nos vale el GPS del móvil, no sabemos ni dónde estamos. Tras una hora dando vueltas por la misma zona, recorriendo rampas y rampas con las maletas cargadas (nada llevadero, unos cuantos kilillos que arrastrar a lo largo de todo el día), nos lanzamos a preguntar a una mujer por la Universidad, ya que el sitio que buscábamos estaba cerca, pero no hubo manera de entendernos, mayormente por culpa nuestra.
Ya veíamos que en nuestra vida íbamos a llegar allí, pero tras más y más tiempo deambulando por aquella zona, y mirando el GPS *inserte aquí un número muy grande* veces conseguimos localizar una calle que nos hace de llave para nuestra nueva andanza.
Siguiendo calles a ciegas, entre otras cosas porque no estaban bien los nombres en el GPS, al menos pudimos comprobar que la ruta que seguíamos era la correcta. Finalmente conseguimos nuestro objetivo y llegamos al lugar en el que había que recoger las llaves. Contado así parece que haya sido instantáneo el viaje desde la estación a este sitio, pero para nada, ya que se nos fue una hora o así.
Con las llaves en nuestro poder, no había prisa por llegar, ya que no teníamos hora límite para nada, pero no paraba de llover y las ganas de llegar a tu destino y quitarte todo de encima siempre pueden, así que proseguimos la marcha. Fue parecido al anterior trayecto, o incluso peor, ya que por un momento daba la sensación de estar en Chinchilla con tanta cuesta, y eso con 3 maletas no hace mucha gracia que digamos. Al final, callejeando y evitando rutas extrañas que se inventaba el móvil y que te hacían recorrer más del doble de lo necesario, llegamos a nuestro apartamento.
Al abrir la puerta, la primera impresión fue buena. Se veía una cocina bastante pequeña y una puerta que daba a un baño, además de dos puertas, una para cada dormitorio. Demasiado bueno parecía todo, ya que para nuestra sorpresa: hay cable de tv pero no televisión, el internet va por cable (por lo que hemos tenido que mover los muebles de la habitación para poder poner el ordenador en un sitio decente, ya que tal y como estaba todo el router estaba prácticamente debajo de la cama), todo está bastante sucio, apenas hay perchas en los armarios y, lo mejor, es que no hay ni cubiertos, ni vasos, ni platos, ni sartenes, ni nada de nada. Mañana tocará echar el viaje para comprar algo de lo que nos falta, ya que hoy es para descansar, después de andar tanto, con tanto peso, y dormir tan tan poco.
Resulta muy extraño todo esto, mirar por la ventana y ver un paisaje nada familiar, totalmente nuevo. Estoy en un lugar en el que no sé guiarme, no conozco nada, no hablo su idioma (pero por suerte de momento con todo aquel con el que hemos hablado maneja el inglés a la perfección, aunque nosotros no). Hace apenas unas horas estaba a miles de kilómetros, y ahora aquí estoy, condenado a manejarme en un sitio totalmente nuevo para mí y sin mi gente (no están presencialmente, pero de cualquier forma siempre están todos ahí).
Por último, algo gracioso que ha dejado el día de hoy: la curiosa forma de la mesa de la cocina que, junto con la ayuda de los taburetes, crean la siguiente imagen.
Llegó el momento de la espera, no había subido antes en avión y no tenía ni idea de cómo iba aquello, pero el hecho de ir acompañado, a pesar de que él tampoco había viajado en avión, siempre ayuda. A pesar de ir con algo a lo que la compañía de vuelo llama "embarque prioritario", terminamos subiendo al avión casi los últimos si nos descuidamos, ya que esa prioridad no es para subir al avión, sino para no hacer cola cuando comprueban tu tarjeta de embarque, luego todo es buscarse la vida y sentarse donde uno pueda, ya que viene un autobús a recogerte para llevarte al avión y puedes bajar tanto el primero para llegar antes al avión, como el último. En resumen, una verdadera chorrada, menos mal que apenas eran 4 euros.
Ya en el avión, nervios aumentando cada vez más y más, todo debido a no haber montado en avión antes, claro. En el momento del despegue (muy puntual, por cierto, ya que apenas se retrasó 3 minutos, salimos a las 6:53) todo fue de maravilla, más suave de lo que me esperaba. Fue alucinante, sobre todo las vistas, aunque gran parte del viaje sólo se vio mar, y del resto pasé otra gran parte durmiendo o intentándolo. Pero lo mejor, sin duda, el final del vuelo. Ver poco a poco cómo vas llegando, un paisaje alucinante, todo verde, lagos y lagunas o lo que sea, precioso (uso poco esta palabra, pero la ocasión lo merece).
El avión aterriza, da la sensación de que la bajada es muy rápida, crees que vas a estrellarte contra el suelo pero todo es muy suave. Se recoge el equipaje de mano y fuera. El mero hecho de bajar del avión ya impone, el llegar a un país totalmente nuevo para mí, del cual no sé apenas nada, y sobre todo, siempre presente, la incerteza. Creíamos que sería más difícil, pero las maletas salieron al instante y pudimos ir a la puerta del aeropuerto para buscar el autobús, el cual estaba en la puerta y cogimos sin problema. El paisaje en el trayecto, maravilloso de nuevo.
LLEGADA A OSLO
Aquí viene el lío. Bajamos del autobús y ahí empieza la aventura, hay que ir a un cierto lugar para recoger las llaves del sitio en el que vas a dormir durante 4 meses, sabes que tienes hora límite para recogerlas y que si no llegas antes de esa hora duermes en calle (o eso teníamos entendido, pero por suerte no lo pudimos comprobar).
No nos valen los mapas, no nos vale el GPS del móvil, no sabemos ni dónde estamos. Tras una hora dando vueltas por la misma zona, recorriendo rampas y rampas con las maletas cargadas (nada llevadero, unos cuantos kilillos que arrastrar a lo largo de todo el día), nos lanzamos a preguntar a una mujer por la Universidad, ya que el sitio que buscábamos estaba cerca, pero no hubo manera de entendernos, mayormente por culpa nuestra.
Ya veíamos que en nuestra vida íbamos a llegar allí, pero tras más y más tiempo deambulando por aquella zona, y mirando el GPS *inserte aquí un número muy grande* veces conseguimos localizar una calle que nos hace de llave para nuestra nueva andanza.
Siguiendo calles a ciegas, entre otras cosas porque no estaban bien los nombres en el GPS, al menos pudimos comprobar que la ruta que seguíamos era la correcta. Finalmente conseguimos nuestro objetivo y llegamos al lugar en el que había que recoger las llaves. Contado así parece que haya sido instantáneo el viaje desde la estación a este sitio, pero para nada, ya que se nos fue una hora o así.
Con las llaves en nuestro poder, no había prisa por llegar, ya que no teníamos hora límite para nada, pero no paraba de llover y las ganas de llegar a tu destino y quitarte todo de encima siempre pueden, así que proseguimos la marcha. Fue parecido al anterior trayecto, o incluso peor, ya que por un momento daba la sensación de estar en Chinchilla con tanta cuesta, y eso con 3 maletas no hace mucha gracia que digamos. Al final, callejeando y evitando rutas extrañas que se inventaba el móvil y que te hacían recorrer más del doble de lo necesario, llegamos a nuestro apartamento.
Al abrir la puerta, la primera impresión fue buena. Se veía una cocina bastante pequeña y una puerta que daba a un baño, además de dos puertas, una para cada dormitorio. Demasiado bueno parecía todo, ya que para nuestra sorpresa: hay cable de tv pero no televisión, el internet va por cable (por lo que hemos tenido que mover los muebles de la habitación para poder poner el ordenador en un sitio decente, ya que tal y como estaba todo el router estaba prácticamente debajo de la cama), todo está bastante sucio, apenas hay perchas en los armarios y, lo mejor, es que no hay ni cubiertos, ni vasos, ni platos, ni sartenes, ni nada de nada. Mañana tocará echar el viaje para comprar algo de lo que nos falta, ya que hoy es para descansar, después de andar tanto, con tanto peso, y dormir tan tan poco.
Resulta muy extraño todo esto, mirar por la ventana y ver un paisaje nada familiar, totalmente nuevo. Estoy en un lugar en el que no sé guiarme, no conozco nada, no hablo su idioma (pero por suerte de momento con todo aquel con el que hemos hablado maneja el inglés a la perfección, aunque nosotros no). Hace apenas unas horas estaba a miles de kilómetros, y ahora aquí estoy, condenado a manejarme en un sitio totalmente nuevo para mí y sin mi gente (no están presencialmente, pero de cualquier forma siempre están todos ahí).
Por último, algo gracioso que ha dejado el día de hoy: la curiosa forma de la mesa de la cocina que, junto con la ayuda de los taburetes, crean la siguiente imagen.
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